- Así lo determina un estudio encargado por el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, con la colaboración de Fundación Cepsa
El alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, explica que “los microplásticos son contaminantes que se encuentran en el aire, el agua y el suelo, y que por su tamaño se instalan y contaminan los espacios naturales, como es el caso del Parque Rural de Anaga, que hay que proteger porque son una joya de la biodiversidad”. “Nos preocupa que se haya detectado su presencia en este espacio único de biodiversidad, por lo que se hace necesario una mayor concienciación para evitar que este problema vaya en aumento”, añade.
Para la responsable de Fundación Cepsa en Canarias, Belén Machado, “siendo la biodiversidad es un eje estratégico de Fundación Cepsa, este tipo de estudios sobre la existencia de partículas plásticas en ecosistemas terrestres y acuáticos es importante para protegerla. Incluso pueden llegar a ingresar en la cadena alimentaria, afectando a la salud humana, por lo que conocer su grado de presencia permite comprender mejor esos riesgos, además de ayudar a generar conciencia y promover cambios de comportamiento”.
Por su parte, el concejal de Sostenibilidad Ambiental y vicepresidente de la Fundación Santa Cruz Sostenible, Carlos Tarife, señala que “la presencia de microplásticos en distintos espacios del Macizo de Anaga es un signo de que hay que seguir trabajando para reducir la contaminación y para concienciar a la población en la importancia de cuidar nuestro entorno” y añade que “tenemos que hacer todo lo posible por cuidar y mantener este tesoro natural que posee una riqueza incalculable”.
El proyecto, dirigido por los profesores de la Universidad de La Laguna, Javier Hernández Borges y Francisco Javier Díaz Peña, aún no ha concluido, pero revela que los microplásticos se encuentran en áreas con vegetación natural, áreas agrícolas y zonas vinculadas a núcleos poblacionales.
En cada uno de los puntos de muestreo (un total de 32), se han aplicado tres metodologías de toma de muestra diferente tras delimitar un área de estudio de 0,5 x 0,5 metros en cada punto, consistiendo en la recogida de hojarasca, los primeros dos centímetros de suelo, y los 5 centímetros superficiales utilizando cilindros de metal.
Asimismo, se ha recogido varias muestras de agua en diferentes galerías y pozos situados dentro de los límites de la Reserva de la Biosfera, con el fin de evaluar la posible transferencia de microplásticos desde capas superficiales del suelo a los acuíferos.
Cabe señalar que estos residuos pueden tener su procedencia en la deposición seca o húmeda desde áreas remotas, promovida por el transporte ejercido por las masas de aire, o en la degradación de residuos generados por los visitantes del parque. No obstante, aún no se pueden inferir conclusiones definitivas a partir de los datos preliminares generados, puesto que es necesario terminar de procesar todas las muestras, lo que tendrá lugar durante el próximo mes de julio.