- El Ayuntamiento capitalino, a través de la Fundación Santa Cruz Sostenible, y Fundación Cepsa, de la mano desde el inicio del proyecto
- En sus siete ediciones, 8.209 alumnos ha participado en el proyecto
La iniciativa, que comenzó en el año 2016, se ha ido consolidando como una propuesta que propicia entre los más jóvenes del municipio el respeto por el medio ambiente, el consumo sostenible y la alimentación saludable. Hasta la fecha, el programa ha llegado a 8.916 alumnos, con una gran acogida en la comunidad educativa y entre las familias.
El equipo de monitores especializados de ‘Pequehuertos’ ha desarrollado una estrategia pedagógica a través del juego, de cuentos, adivinanzas y canciones, haciendo que el contenido teórico de la formación sea asimilado por los menores de manera no solo didáctica, sino también, divertida. Cada actividad ha incluido, asimismo, una parte práctica basada en desarrollo de un huerto vertical casero por parte de cada alumno a partir de material reciclado.
El alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, pone en valor que "esta iniciativa implementa una estrategia pedagógica que pretende enseñar jugando, con cuentos, adivinanzas y canciones, etcétera, con la finalidad de que el contenido teórico se integre de una forma amena y participativa" y añade que "además, con la intención de no producir incoherencia con las prácticas familiares, en estas cortas edades, se les ha instruido en que los alimentos que son malos para la salud, y que ellos reconocen perfectamente, deben consumirlos con moderación, en alguna celebración o día especial, para que se evite la prohibición para no causarles culpabilidad, pero con la intencionalidad final de que adquieran hábitos de vida saludables".
Para la responsable de Fundación Cepsa en Canarias, Belén Machado, “se trata de una iniciativa consolidada, tanto que ya son los propios profesores quienes la demandan cada año. El éxito del programa está en la satisfacción que muestran los escolares al aprender a cultivar algo por primera vez en su vida. Eligen el plantón, lo siembran en una estructura fabricada a partir de una botella de plástico que reutilizan para este fin, lo riegan y se lo llevan a casa para cuidarlo y observar su crecimiento, hasta que pueden cosechar sus frutos y preparar, con ellos, alimentos saludables. Esta experiencia es, además, una gran enseñanza que les permite apreciar la importancia de la agricultura y, más aún, de la de cercanía”.
Por su parte, el primer teniente de alcalde y concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento capitalino, Carlos Tarife, señala que “esta actividad promueve la educación ambiental y la conciencia ecológica, al involucrar a los estudiantes en la planificación, cultivo y cuidado de las plantas, lo que les brinda la oportunidad de comprender su ciclo de vida y la importancia de la biodiversidad, al tiempo que se fomentan hábitos saludables de consumo”. El edil, además, manifiesta que “los menores viven así una experiencia práctica y enriquecedora que va más allá del contenido tradicional del aula, lo que les hace prestar más atención”.
Entre las principales conclusiones extraídas del análisis de esta acción destaca que, tras la actividad, el alumnado participante es capaz de reconocer alimentos propios de Tenerife, así como de poner en valor la importancia de consumir productos de cercanía. A ello se suma la formación y concienciación de los menores de cara a la reutilización de materiales de desecho. Entre los objetivos planteados se encuentra, asimismo, fomentar la alimentación saludable desde edades tempranas, lo que contribuye a la prevención de enfermedades relacionadas con la mala alimentación.
Los menores viven, así, una experiencia práctica y enriquecedora que va más allá del contenido tradicional del aula, lo que les hace prestar más atención.
Esta actividad promueve la educación ambiental y la conciencia ecológica, al involucrar a los estudiantes en la planificación, cultivo y cuidado de las plantas, lo que les brinda la oportunidad de comprender su ciclo de vida y la importancia de la biodiversidad, al tiempo que se fomentan hábitos saludables de consumo.
Nuevamente se ha hecho un reparto de cantimploras entre los alumnos participantes, con el fin de reducir el consumo de plástico en los centros escolares, además de promover la concienciación ambiental en materia de residuos, a través de su reducción.